14 de marzo de 2013

SERIE: CONOCIENDO A UN AUTOR URUGUAYO(7)



JUANA DE IBARBOUROU

Juana de América, es posiblemente la poetisa más excelsa del Uruguay, por lo menos la de más aclamo popular. Fue otorgada medalla de oro en prácticamente todos los países del Nuevo Mundo, y también recibió unas cuantas en el Viejo.
Nació en Melo en 1895 y murió en Montevideo en 1979
Es considerada una de las voces más personales de la lírica hispanoamericana de principios del siglo XX. Llamada originalmente Juana Fernández Morales, a los veinte años se casó con el capitán Lucas Ibarbourou, del cual adoptó el apellido con el que firmaría su obra.
Tres años después se trasladó a Montevideo, donde vivió desde entonces. Sus primeros poemas aparecieron en periódicos, principalmente en La Razón, de la capital uruguaya. Comenzó su larga travesía lírica con los poemarios Lenguas de diamante(1919), El cántaro fresco (1920) y Raíz salvaje (1922), todos ellos muy marcados por el modernismo, que expresó con abundancia de imágenes sensoriales y cromáticas, alusiones bíblicas y míticas, aunque siempre con un acento singular.
Su temática tiende a la exaltación sentimental de la entrega amorosa, de la maternidad, de la belleza física y de la naturaleza. Imprimió a sus poemas un erotismo que constituye una de las vertientes capitales de su producción. En 1929 fue proclamada "Juana de América" en el Palacio Legislativo del Uruguay, ceremonia que presidió el poeta "oficial" uruguayo, J. Zorrilla de San Martín, y que contó con la participación del ensayista mexicano Alfonso Reyes.
Poco a poco su poesía se fue despojando del ropaje modernista para ganar en efusión y sinceridad. En La rosa de los vientos (1930) se adentró en el vanguardismo, rozando incluso las imágenes surrealistas. Con Estampas de la Biblia, Loores de Nuestra Señora e Invocación a san Isidro, todos de 1934, iniciará en cambio un camino hacia la poesía mística.
De Ibarbourou se distingue por su expresión sencilla, pero de profundo sentimientos y significado. Por un lenguaje y una forma capaz de ser interpretada por el público en general. Para poder leer e interpretar algunas poetisas hay que ser poeta, pero no en el caso de esta uruguaya. Especialmente en sus tres primeros poemarios donde la alegría de vivir se entrelaza con la melancolía, la naturaleza de los campos con las travesuras de la impaciente juventud. Ya en los otros poemarios que siguen se pone más seria, más literaria, pero sigue siendo Juana de América.
En nuestra biblioteca están las obras completas de Juana. Es un material valiosísimo y muy lindo de leer.

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